Por Alejandro Sánchez Peñak de @GuardianesColmena
Mi trayecto hasta aquí
El camino comenzó a tomar sentido el día en que descubrí sobre mi “elemento” (K. Robinson). Desde niño me gustaba observar insectos y cómo se relacionaban entre sí en el patio de mi casa. Era un patio muy común, como el de muchas familias de la Ciudad de Córdoba (Argentina), con un árbol de limones, algún ciruelo y una mesa de concreto para disfrutar en familia. Ese recuerdo de niño estuvo prácticamente dormido por 20 años en los que dediqué mi atención a los deportes y a incorporar conocimientos en tecnología, como llave para abrir puertas de un futuro laboral.
Ya inmerso en el mundo tecnológico, por varios años sentí que aquello que había imaginado no tenía nada que ver con lo que estaba haciendo. Me encontraba sin “propósito”, sin un “para qué” claro y ese sentimiento me impulsó a mirar qué estaba pasando a mi alrededor y hacia dónde podía encontrar un nuevo horizonte. Incómodo, decidí pasar a la acción, me relacioné con la industria alimentaria, aplicando tecnología en el sector de calidad de producción de aceitunas y papas fritas.
Hasta que un día “llegó a mi puerta” la miel: producto único en la naturaleza. Para mí, la miel fue la interfaz que me conectaría con aquel patio de casa donde vi crecer insectos y con el recuerdo de la primera vez que me picó una abeja. Caí en la necesidad de estudiar y observar a las colmenas que la producían, su medio natural, sus ciclos en el medio rural. La tarea inicial de control de calidad se fue transformando en cuidar la vida de las abejas y sus colmenas, que hoy se ven amenazadas por aplicaciones de agroquímicos sin control, los desmontes, radiaciones eléctricas y la contaminación de aguas. Allí entendí que se trata de hacer lo justo para acompañar, convivir, y aprovechar, las fuerzas naturales, siendo conscientes de que no estamos para manipular y hacer experimentos con la vida, sino para acompañar ciclos vitales. Por eso nace Guardianes de la Colmena, a través del rescate de colmenas, su relocalización, el trabajo con productores locales y otros actores de la sociedad: parece que las rescatamos a ellas, pero en realidad, el rescate es mutuo.
Hoy con más claridad puedo responder algunas preguntas.
¿Qué hacemos en Guardianes de la Colmena?
- Rescatamos colmenas que antes morían por desinsectación química, por no haber una alternativa de retiro con vida. Se retiran de obras, estructuras, plantas o árboles en domicilios particulares, entidades educativas y espacios públicos para llevarlas a reservas privadas, quintas orgánicas y campos con bosque nativo en Quilino, Villa Tulumba, Colonia Tirolesa y Casa Grande (conforme Ley 8079/91), donde se desarrollan y multiplican la diversidad floral y regeneran bosques.
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Polinización con abejas melíferas (Apis Mellifera) y avispas nativas (Polybia Occidentalis y Brachygastra Lecheguana) en quintas del cinturón verde de la ciudad, que nos permiten aumentar el rendimiento en, al menos, un 30% (70% de los cultivos) y la calidad en los frutos y semillas (315 hectáreas). Se regenera el tejido social entre productores libres de químicos que buscan mejorar de la mano de mayor biodiversidad.
- Asistimos a municipios o barrios privados para ayudarlos a prevenir la aparición de enjambres de abejas o avispas. Colocamos refugios en puntos estratégicos de cada barrio para que las colmenas aniden fuera de las construcciones. Damos talleres y colaboramos en espacios de regeneración: Mercado de las Rosas, Quinta Agroecológica Tirolesa, Córdoba Gilwell Park, entre otros.
- Revalorizamos los productos de la colmena con degustación y culturización de mieles en ferias de Córdoba (Güemes, Peperina) y Ciudad de Buenos Aires (MAPPA). En esta última, el Mercado Argentino de Productores y Productos Agroalimentarios, seleccionó nuestra miel como una de las 20 mieles características de la Argentina, lo que nos permite cooperar para el fortalecimiento de agrupaciones de productores en Dpto. Cruz del Eje y Dpto. Ischilin.
¿Cómo hacemos en Guardianes de la Colmena?
Asignando valor a cada acción, propia o del vecino que llama: El costo de los rescates se cubre con 3 aportes: el nuestro (mano de obra y logística), el del vecino (pago de materiales), el del municipio (vialidad, coordinación con servicios publicos, seguridad).
Priorizando el bienestar y la seguridad de las personas y de la colmena: se evalúan el clima, presencia de personas alérgicas y conocimiento de los vecinos inmediatos, mascotas y tiempos del proceso.
Compartiendo: involucramos a personas de seguridad y a vecinos que puedan y quieran participar del rescate. Compartimos la experiencia del rescate como una acción de sensibilización y observación profunda, donde el objetivo es vivenciar (reflexionar) en cada momento sobre las partes vitales de un ser que refleja aspectos sociales para la vida en comunidad. También, colaboramos con apicultoras/es de otros proyectos: Dulce Aguijón (La Calera), Tobias Deon (Guiñazu), Ana Julia Dimeglio (Alta Gracia), Miel Kinturray (Mar del Plata), Miguel Hernandez (Colonia Tirolesa), Paula Melegatti (Río Cuarto), Lorena Gabarini (Punilla) y Apiario Ameja (Unquillo).
¿Para qué hacemos Guardianes de la Colmena?
Para acercar la naturaleza a cada ser humano, que lo refleja y forma parte; reconectar con ciclos vitales que dan sentido a cada ser. La naturaleza nos guía, el camino es por dentro, nos forma y nos completa.


